¡La verdadera calidad de la pasta se valora cocinando los formatos lisos!
Los formatos rayados, en efecto, fueron una “solución” encontrada por los trefiladores en los años 50, porque gracias a las rayas se evitaba que los granos se pegaran uno con otro durante el proceso de secado.
La verdadera sabiduría en la producción de la pasta se puede comprobar en los formatos lisos que no tienen que pegarse entre sí, sino que deben quedar separados en el plato sin presentar ninguna capa viscosa después de la cocción. Si la pasta es de alta calidad, logra mezclar las salsas gracias a su porosidad y no debido a las rayas o a la capa harinosa (llamada viscosidad) de su superficie.